Non Estaba no teu libro mais... Libros, libros, libros, libros, más libros por favor…
Redacción
Este artículo, que ya en su título parafrasea una canción de Luis Eduardo Aute, hecho este el cual no es traído aquí por mera casualidad, pretende comenzar un recorrido por la cultura en nuestro pueblo de Rianxo… y más allá. Muchas son las personas dedicadas a la cultura y, especialmente, al mundo de los libros. No en vano esta tierra ha parido tantos hijos dedicados no solamente a crear, sino también a difundir la obra que otros han creado. Desde la persona que escribe un libro, pasando por quien ayuda a su difusión ya sea compartiéndolos con otras personas en una biblioteca pública o en la biblioteca de un centro educativo, ya sea poniéndolos a la venta en una librería o ayudando a otras personas a amarlos en unas clases de literatura hasta quien, en un mundo amplia y ricamente plural como es el actual, se adentra en el estudio de nuestra(s) lengua(s) y nuestra(s) cultura(s) ayudando a que las mentes de las nuevas generaciones puedan disponer de una riqueza de, llamémoslo así, amplio espectro.
Todas estas personas, y por esta vez dejamos a aquellas dedicadas a la edición y publicación de los libros a un margen reservándolos para otra ocasión, ayudan a que nuestra juventud amueble su mente; lo cual se nos antoja una labor tan importante que nos hemos decidido a incluirla en esta sección que para nosotros es tan especial. Y lo haremos en forma de entrevista para que sea su voz y su palabra lo que estas humildes páginas transmitan.
Comenzamos, pues, con una persona muy querida en nuestro Instituto Félix Muriel de Rianxo. Ella ha ayudado, sin duda alguna (de lo cual algunos miembros de esta redacción han podido ser testigos en primera línea), a tantos jóvenes a bucear en las raíces de sus lenguas, a enriquecer su vocabulario, a comprender de dónde provienen las palabras y su significado, y a ordenar nuestra mente analizando y traduciendo tantos y tantos textos. Y todo ello unido, fundido, aleado en el fuego de la pasión hacia la materia impartida y el amor por la educación. Hablamos de Ana Isabel Rivas Barros (Ana Rivas).
NOSSOMOS: Buenos días, Ana. Nos gustaría comenzar esta entrevista preguntando ¿qué es lo que te ha motivado para estudiar, profundizar e impartir dos lenguas calificadas como muertas como son el latín y el griego clásico? Y, unido a lo anterior, y si así lo consideras ¿en qué crees que el estudio de estas lenguas puede enriquecer tanto nuestra vida cotidiana, esa de “andar por casa” para una sencilla comunicación interpersonal, como la creatividad, la amplitud de pensamiento y el criterio propio?
ANA RIVAS: En primer lugar, muchas gracias por esta amable y gratificante presentación.
No voy a entrar ahora en la consideración del calificativo de “muertas” con el que se alude siempre a las lenguas latina y griega antigua, por no caer en disquisiciones inútiles sobre tópicos más que manidos adquiridos tiempo ha.
Más que motivación, en mi caso hablo de hallazgo, de feliz hallazgo. Todos tenemos un talento que debemos descubrir y seguir. En mi caso, desde que tengo memoria, se hizo patente, incluso de manera inconsciente, la necesidad de encajar una realidad deseada y quizás ingenuamente esperada, con la realidad “de fuera”, la objetiva. Siempre he gozado de una gran imaginación, que como arma de doble filo, he procurado manejar con cautela. Pues bien, ha crecido y evolucionado conmigo y estas lenguas a las que, afortunadamente, entendí desde el principio, --me di cuenta de que mi pequeña parte de talento iba por ahí-- me ofrecieron la posibilidad de entrelazar ambos mundos el asible y el inasible, el material e ideal. Y si me sentí irremediablemente atraída por los contenidos, (accedí al mundo heroico de Homero y Virgilio, el teatro de Eurípides, Sófocles, Esquilo y Aristófanes, la historia de Tucídides, Livio y Tácito, la poesía de Safo, Píndaro, Ovidio, Catulo, Horacio o Marcial, la oratoria de Demóstenes y Cicerón, la filosofía de Platón, Aristóteles, Séneca… Lucrecio, Plinio, y tantos otros gigantes en cuyos hombros seguimos apoyados), me rindió absolutamente la forma: la magia y la belleza del lenguaje, cuyas perfectas estructuras me han ayudado a estructurar mis días.
Las clases son para mí, la posibilidad de transmitir una filosofía del buen vivir, donde resulta cotidiana la intersección entre lo deseado y lo cumplido, lo inopinado y lo evidente, la conciliación entre lo real y lo irreal.
Y a partir de aquí, todo es concebible de una manera amable. La percepción de lo íntimo y lo foráneo, la capacidad de relativización, la posibilidad de ver y valorar nuestra realidad de manera distinta. Ese helénico μεδήν άγαν, “meden agan”, “nada en exceso”, o la aurea mediocritas latina, “el dorado equilibrio”, el captar la grandeza de lo sencillo o el Si sapis, ride, “si eres sabio ríe”, esa apología insólita del saber reírse de nosotros mismos... ya son motivos suficientes de disfrute y, por si fuera poco, el mensaje contado se transmite de manera sublime, convincente y precisa. Mi principal objetivo, pues es ayudar a mis alumnos a descubrir que este mundo terrible y bello y la maravillosa lengua en que se ha dado a conocer nos explican el nuestro, convencidos, a pesar de todo, de la grandeza del ser humano.
NOSSOMOS: Nos gustaría que nos contaras en qué te ha enriquecido a ti, como docente y también como persona, la labor a la que has dedicado tu vida profesional todos estos años. Cuéntanos también alguna anécdota ilustrativa.
ANA RIVAS: Creo haber contestado anteriormente a esta cuestión, pero añadiré que me considero afortunada de dedicarme, es decir, negotiare (trabajar) y no tripaliare (de tripalium, tres palos, instrumento de tortura, cuya evolución desemboca en el término trabajo, emparentado, a veces, con la tortura) a mi gran pasión: enseñar lo que más me gusta. Y en este campo, el de la enseñanza, también he tenido suerte, al contar siempre con alumnos que han entendido y, sobre todo, disfrutado, con las Clásicas, hasta el punto de que después de casi cuarenta años me cuesta tripalium retirarme.
Es cierto que, algunas ocasiones, el cansancio provocado por la edad y las frustraciones propias del oficio de enseñante, parecen derrotarme, pero no logran vencerme. Ahora, que estoy al final de mi carrera y a pesar de que no me gusta la deriva de la enseñanza, me gratifica mucho y conmueve comprobar, al ver a mis alumnos y ex alumnos, que todo ha valido la pena.
Y anécdotas tengo muchísimas, como cualquier profesor en mis condiciones: desde traducciones imposibles hasta comentarios interesantísimos y preguntas inteligentes. Recuerdo al alumno de Rianxo, en cuya traducción César mandaba un fax a sus soldados, cuando en realidad les proporcionaba una falce, un cuchillo corvo: Caesar militibus falcem dabat - falx, falcis - o el de Villalba que afirmaba que César tuvo un primo loco en Cospeito (la aldea del muchacho), cuando lo que pretendía el general era asentar los campamentos en primer lugar.
El alumnado me enseña continuamente. Todos a los que he dado clase son conocedores de una frase que utilizo con frecuencia cuando me veo en la tesitura de contestar a preguntas disparatadas, por utilizar un eufemismo: ¿Y yo estudié las laringales para esto? (las laringales son unos fonemas complicados del Indoeuropeo). Afortunadamente. Muchas veces, me he dado cuenta de que sí, de que necesité las laringales para contestar a preguntas realmente sesudas que se me han planteado.
NOSSOMOS: Ora sí, ora también, oímos sobre la necesidad de fomentar la ciencia en la educación y apreciamos cierto desdén, menosprecio e incluso visión de superioridad hacia los estudios de las asignaturas calificadas “de letras” [sic] cuando llevamos sobre sobre nuestras cabezas, y así lo demuestran numerosos estudios, la espada de Damocles del problema de la comprensión lectora y las dificultades expresivas y comunicativas que afectan incluso a asignaturas como matemáticas. Quisiéramos saber tu opinión sobre la división entre las ciencias y las letras, sobre cómo un aspecto de la contradicción puede enriquecer al otro y, desde tu experiencia y en tu opinión, cómo podemos cortar este nudo gordiano.
ANA RIVAS: Bueno, la división entre letras y ciencias, desde siempre implica rivalidad, y una rivalidad absurda alimentada por la creencia de que las matemáticas o la física son para inteligentes. Yo, que estudié EGB ya lo viví, aunque he de reconocer que la lengua, especialmente la sintaxis, era otro caballo de batalla. Hoy en día esto pervive y creo que se acrecienta, debido también al imperativo del cambio social, orientado fundamentalmente a la producción. La preeminencia de lo tecnológico es directamente proporcional a la escasa consideración de lo esencialmente humanístico, pero insisto, esto no es nuevo. Considero que una de las razones de esta dicotomía injusta pasa por la mala interpretación de los conceptos útil/inútil, necesario/coyuntural. Vivimos en un momento de cambios muy importantes en todos los aspectos. Pasamos por una pandemia que nos laceró, sacudiendo cimientos y poniendo en tela de juicio principios hasta entonces inamovibles y, además, demostró la necesidad de la tecnología, que tanto solucionó en momentos de gran zozobra y confusión. Pero estos cambios son también los lógicos y esperables en una sociedad quizás demasiado líquida, donde la inmediatez es la doctrina y la imagen vence definitivamente a la palabra, atentando contra la reflexión. En mi opinión, se tiende a preparar futuros agentes productivos, más que individuos cultivados, desde el punto de vista etimológico del término, cuando es absolutamente compatible una intersección. Esos gigantes, a los que tanto aludo y sobre cuyos hombros se puede otear el horizonte, son pensadores, creadores, egregios en todos los campos, con talento y dedicación: Einstein, el tan de moda Oppenheimer, Newton, Aristóteles, Cicerón, Cervantes, Fleming, Mozart, Schopenhauer, Goya, Safo, Da Vinci, Cézanne, Velázquez, Sabina, Callas..., en fin, “humanistas” que han contribuido a hacer de este mundo un lugar sin denostar a nada ni a nadie.
Pero volviendo a la cuestión que nos ocupa, creo que en ciertos ambientes, “el problema” no reside tanto en la alabanza a las ciencias como en el vituperio de las letras. Los planes de estudio contribuyen a esta situación y por ahí hay que empezar: no es de recibo que un alumno sea incapaz de interpretar un texto, ni expresarse correctamente, cuando existen medios para que esto no ocurra y éstos deben ser utilizados ya desde las “trincheras” donde yo habito y trabajo. Si bien es cierto que la educación debe responder a las necesidades y realidades de la sociedad, nada debe excluirse: todo es necesario, bello, coyuntural y útil. Son los pilares de la construcción de nuestro mundo, el humano. La máquina ayuda y mucho, pero es un “sirviente” mecánico, su creador, el hombre, es el obrero, el gestor, el científico, el escritor, el poeta, el pensador...
No es necesario cortar el nudo gordiano, como hizo el gran Alejandro, bastaría con saber de qué hilo tirar para deshacerlo y eso se consigue fácilmente con sólo querer observar: trabajando desde abajo, desde dentro, enseñando que “abrir los ojos” es difícil, porque requiere esfuerzo, estudio, reflexión y tiempo pero que el resultado merece la pena con creces: hombres y mujeres con pensamiento crítico, tolerantes y LIBRES, merecedores de habitar el mejor mundo que ellos mismos han creado.
NOSSOMOS: ¿Podrías decirnos cuáles son, en tu opinión, aquellas cosas de las que más necesitados estamos a nivel cultural en el momento actual?
ANA RIVAS: Parte de esta pregunta ya ha quedado contestada anteriormente. Pero, resumiendo, necesitamos: TIEMPO contra las prisas, SOSIEGO contra las urgencias, CURIOSIDAD por lo que fue, es y puede ser, PERSEVERANCIA ante la frustración, ENTUSIASMO en lo pequeño y en lo grande y DISFRUTE de la Naturaleza, que nunca traiciona.
NOSSOMOS: A lo largo de tu labor docente, cuéntanos un error, tan sólo uno, que, tras su comprensión, te haya permitido avanzar.
ANA RIVAS: Entre mis múltiples errores, creo que el que me ayudó de verdad a dilucidar de qué va esto de enseñar, fue el dar por sentado que el alumno estaba preparado y bien dispuesto como receptor. No se trata de un ente compacto y entusiasta: son chicos y chicas con sus individualidades a flor de piel, a los que hay que atender y entender. He comprobado que, salvo excepciones, son individuos deseosos de aprender si se les enseña, y conscientes de su talento si se les muestra. Después de tantos años, todavía sigo intentándolo y siempre recibo una respuesta que supera mis expectativas.
NOSSOMOS: ¿Eres optimista o pesimista sobre el futuro de la educación en España? ¿Por qué?
ANA RIVAS: Soy de naturaleza optimista, por carácter y por convicción. Creo firmemente en la ley del péndulo y estoy segura de que se establecerán nuevas bases, teniendo en cuenta aciertos y errores. Se trata de mejorar y no me cabe duda de que ese es el interés general. De hecho, últimamente el resurgimiento de las lenguas clásicas es una realidad. La prueba es que durante este curso mis alumnos se presentaron al Certamen de EuroClassica, una federación de asociaciones de profesores de lenguas y civilizaciones clásicas. Sin ánimo de lucro y con un representante por país como miembro asociado, tiene su sede en Luxemburgo y es neutra desde el punto de vista político, filosófico o religioso.
Además de la realización del EUROPEAN CERTIFICATE for CLASSICS (ECCL), promueve la cooperación europea para la promoción y defensa del estudio de las lenguas clásicas y sus civilizaciones, reivindica la relevancia contemporánea del aprendizaje de lenguas clásicas y sus civilizaciones y la conveniencia y necesidad de su enseñanza.
Sus objetivos son, por tanto, pedagógicos, culturales y científicos, siempre relacionados con las lenguas y las civilizaciones clásicas de Grecia y Roma.
¡La cosa marcha...!
NOSSOMOS: ¿Podrías recomendar a las personas que nos leen tres lecturas y explicar las razones para esa elección?
ANA RIVAS: El Quijote, mi manual de vida, Ilíada, mi manual de supervivencia, Novela policíaca (no novela negra) firmada por Mankel, Fred Vargas y Donna Leon.
NOSSOMOS: Como solemos hacer, la última pregunta la dejamos en blanco para que la persona entrevistada pueda expresarse en total libertad sobre aquellas cosas que considere importantes o necesario decir.
ANA RIVAS: Confío en que todas mis respuestas hayan sido suficientemente clarificadoras y considero un gesto de cortesía no insistir sobre el particular. Agradezco, una vez más la oportunidad brindada, para dar voz a reflexiones, pensamientos y opiniones fuera del aula, ¡que no es poco!
La siguiente persona que se acerca por nuestras páginas se trata de alguien especial, de esos profesores que dejan huella en sus alumnos, de esas personas que quedan en nuestro recuerdo y nos sirven de referencia (tal vez no ahora pero sí tras un más o menos largo proceso de maduración en el que aprendemos a valorar ciertas cosas). Sus gráficamente vívidas descripciones ilustraron tantas y tantas páginas de literatura en nuestra mente haciéndonos amar libros que ni siquiera conocíamos previamente. Y todo ello, al igual que en el caso de nuestra anterior invitada unido, fundido, aleado en el fuego de la pasión hacia la materia impartida y el amor por la educación. Hablamos de Juan Rilo.
NOSSOMOS: Buenos días, Juan. Nos gustaría comenzar esta entrevista preguntando ¿qué es lo que te ha motivado para estudiar, profundizar e impartir una asignatura como Lengua Castellana y Literatura o Literatura Universal? Y, unido a lo anterior, y si así lo crees, ¿en qué crees que el estudio de estas asignaturas puede enriquecer tanto nuestra vida cotidiana, como la creatividad, la amplitud de pensamiento y el criterio propio?
JUAN RILO: Hola, Nereida, y muchas gracias por entrevistarme. Siempre me ha gustado la lectura y las historias, leerlas, oírlas y contarlas (pero no escribirlas), y creo que siempre he tenido un gen didáctico, así que no había muchas posibilidades: o profesor de lengua y literatura o profesor de historia. Al final, ya ves, ganó la literatura. Y en cuanto a la segunda parte de tu pregunta, ya casi lleva implícita mi respuesta: la literatura debe ser ocio, placer, emoción… Te da cultura, capacidad de expresión y de comprensión del mundo que te rodea. Pero, al igual que la cultura, no sé si te hace más feliz…
NOSSOMOS: ¿Cómo puede la literatura influir en el desarrollo intelectual de las nuevas generaciones?
JUAN RILO: Como dice Muñoz Molina, “la literatura es una ventana y es un espejo. Quiero decir: es necesaria”. Pues eso.
NOSSOMOS: Nos gustaría que nos contaras en qué te ha enriquecido a ti, como docente y también como persona, la labor a la que has dedicado tu vida profesional todos estos años. Cuéntanos también alguna anécdota ilustrativa.
JUAN RILO: No soy capaz de imaginarme haciendo otra cosa que no sea ser profesor. Me gusta enseñar. No sé qué tal lo haré, pero eso ya es en sí suficientemente enriquecedor. Que antiguos alumnos se acuerden de ti muchos años después, que te inviten a su graduación universitaria, que te pidan consejo cuando deciden preparar una oposición… En fin, yo creo que eso ya da sentido a una profesión.
NOSSOMOS: Ora sí, ora también, oímos sobre la necesidad de fomentar la ciencia en la educación y apreciamos cierto desdén, menosprecio e incluso visión de superioridad hacia los estudios de las asignaturas calificadas “de letras” [sic] cuando llevamos sobre sobre nuestras cabezas, y así lo demuestran numerosos estudios, la espada de Damocles del problema de la comprensión lectora y las dificultades expresivas y comunicativas que afectan incluso a asignaturas como matemáticas. Quisiéramos saber tu opinión sobre la división entre las ciencias y las letras, sobre cómo un aspecto de la contradicción puede enriquecer al otro y, desde tu experiencia y en tu opinión, cómo podemos cortar este nudo gordiano.
JUAN RILO: Sobre cómo cortar el nudo no tengo ni idea: creo que se me da mejor analizar que sacar conclusiones, en eso soy un desastre. Utilizando el trazo grueso, diría que las ciencias y la tecnología hacen la vida más fácil y cómoda, y que las letras le dan sentido. Nunca se me ocurriría renunciar a la medicina o a las ingenierías, pero tampoco a las humanidades. No tengo claro que un mundo no humano valga la pena. Al menos si eres humano.
NOSSOMOS: ¿Podrías decirnos cuáles son, en tu opinión, aquellas cosas de las que más necesitados estamos a nivel cultural en el momento actual?
JUAN RILO: Creo que estamos necesitados de pausa. Creo que la pausa lleva a la reflexión. Y creo que sobra frivolidad. Pero probablemente esta respuesta también sea frívola…
NOSSOMOS: A lo largo de tu labor docente, cuéntanos un error, tan sólo uno, que, tras su comprensión, te haya permitido avanzar
JUAN RILO: Dice Sancho en El Quijote que, ante la duda, mejor hacer el bien que el mal. Haber sido extremadamente riguroso con alguna nota no tiene sentido. Pero eso lo he aprendido después de haberlo sido…
NOSSOMOS: ¿Eres optimista o pesimista sobre el futuro de cultura en España? ¿Por qué?
JUAN RILO: Según Leibniz, vivimos en el mejor de los mundos posibles. Así que habrá que ser optimista. Según Voltaire, Leibniz era un tarugo, así que habrá que currárselo… Prefiero ser optimista: se sufre menos.
NOSSOMOS: ¿Podrías recomendar a las personas que nos leen tres lecturas y explicar las razones para esa elección?
JUAN RILO: Trazo de tiza, de Miguel Anxo Prado, porque me gusta el cómic y este me parece una obra maestra (otros dos: Arte de Juanjo Sáez y Watchmen de Alan Moore); El chico de la última fila, de Juan Mayorga: una brillante obra de teatro sobre un profesor y su discípulo, aunque al final no se sabe cuál es cuál; cualquier libro de poesía, empezando por la Fábula de Polifemo y Galatea y acabando por Bukowsky, porque la buena poesía habla —y muy bien, claro— de la vida.
NOSSOMOS: Como solemos hacer, la última pregunta la dejamos en blanco para que la persona entrevistada pueda expresarse en total libertad sobre aquellas cosas que considere importantes o necesario decir.
JUAN RILO: Pues ya que me dejas, me gustaría negar ese tópico tan extendido en el mundo de la educación de que cualquier tiempo pasado fue mejor y también daros las gracias a alumnas como tú por hacer más fácil la profesión docente.
Para la última entrevista de este artículo, hemos reservado a una de esas personas que, por motivos inversamente proporcionales al interés de nuestros bolsillos y directamente proporcionales a las necesidades de nuestra mente, alma, comprensión del mundo en que vivimos o como cada uno de nosotros subjetivamente lo sienta o desee sentirlo, son o casi son, un miembro más de nuestra familia. Y no es principalmente por ella misma que está aquí, que también, sino por el papel que las personas como ella juegan en nuestro pueblo. Porque a nuestro entender, y porque lo hemos conocido en la práctica lo reivindicamos, un librero no puede, no debe nunca ser simplemente un vendedor de libros. Un librero debe ser alguien mucho más cercano e íntimo; alguien capaz de captar las necesidades, los gustos e inquietudes intelectuales de quienes se le acercan. Labor esta llamada al más estrepitoso de los fracasos si esa persona que nos va a recomendar un libro no estuviese armada en igual medida con dos recursos imprescindibles. Por un lado un fondo de armario bibliográfico, cultural e histórico, un conocimiento del contexto social en que cada libro fue escrito que nunca es suficiente. Por otro lado un conocimiento de las diferentes editoriales, ediciones y sus prólogos, referencias bibliográficas, anotaciones al pie y a fin de documento, traducciones y sus particularidades, que está siempre en continuo cambio y evolución. Hablamos, de personas con las que perfectamente podríamos compartir horas y horas de nuestra vida tratando de… pues eso, de libros. Es así que le hemos propuesto a Dolores Puerta Louro, participar en este artículo, a lo que ella amablemente ha accedido.
NOSSOMOS: Además de la cuestión meramente conceptual de tratarse de una colección de páginas escritas o impresas, unidas entre sí gracias al uso de algun medio que, a modo de bocata normalmente de papel, se colocan entre una portada y una contraportada más o menos duras, más o menos físicas oscilando su finalidad (no excluyente) entre la transmisión de ideas y contenidos con mayor o menor elevación artística, la creación de mundos en los que perdernos… o encontrarnos, etc, etc,… y los fines fardonamente decorativos en una, lo más grande a ser posible, estantería de dudoso uso… ¿Qué es para ti un libro?
DOLORES PUERTA: Para mí un libro es un objeto lleno de valor subjetivo y simbólico. Nos afectamos ante su presencia y más si lo tocamos y olemos. Cada libro es un trozo del Conocimiento, una parte de lo que sabemos como Humanidad.
NOSSOMOS: ¿Y un librero?
DOLORES PUERTA: Los libreros somos personas ávidas de conocimiento de querer saber más, vocacionales. Somos curiosos insaciables que no nos llega con tener libros sino que queremos que los demás conozcan los que a nosotros nos gustan o nos parecen imprescindibles. Por esto creamos universos, cada uno el suyo, en su librería.
NOSSOMOS: Solemos oír expresiones del tipo: “¡qué caros que están los libros!”. ¿Podrías explicarnos, lo más detalladamente posible, el papel que en nuestra sociedad actual juegan las editoriales, y todo ese trabajo (incluyendo traducciones), muchas veces no valorado suficientemente en nuestra opinión, que va desde el mismo momento de la presentación de un original a la editorial y la puesta a la venta en una librería?
DOLORES PUERTA: En la red del libro desde el autor al cliente, hay muchos costes materiales y personales. Si sumamos todos y los dividimos para que cada cual lleve su parte, y además si es una edición sostenible, de editoras pequeñas del país, salario justo, profesionales… Hay que hacer muchas filigranas para que cuadren los números y vender muchos ejemplares en el menor tiempo posible.
NOSSOMOS: De unos años para acá, se ha incrementado la autoedición de libros. Nos gustaría profundizar en este hecho. ¿A qué crees que es debido? ¿Qué cosas, tanto positivas como negativas podría traernos? Y ¿Cuáles pesan más en tu opinión?
DOLORES PUERTA: Es clara la dificultad que tienen los escritores de encontrar editoriales que les escuchen, que quieran leer sus obras y editarlas. Y ya no hablemos de los años que a veces transcurren hasta recibir una respuesta. Hoy contamos con una tecnología que permite imprimir a demanda y donde el coste no es excesivo. Ver editado tu obra es un deseo al alcance. De esta forma todas las personas que lo deseen pueden autoeditarse sin pasar por unos filtros profesionales que valoren el texto. Aquí sí que es necesario buscar y seleccionar.
NOSSOMOS: Algunos de los miembros de esta redacción hemos podido disfrutar del gozo de llegar a librerías, algunas clasificadas de libro antiguo, preguntar por un título determinado a la persona a cargo, recibir una contestación siempre muy similar a “búscalo por ahí” que en nuestra mente se transformaba en música celestial y nos proporcionaba la sensación de recibir las llaves de la cámara del tesoro de un imaginario reino. Cuántas horas disfrutadas en las que lo más importante dejaba, por regla general, de ser el título original perseguido, para pasar a ser todo aquello que, en el camino, descubríamos y aprendíamos. La pregunta es, ¿qué es hoy en día, qué necesita nuestra sociedad que sea y qué podría llegar a ser, una librería?
DOLORES PUERTA: Una librería con alma, no como almacén de todo vale (que incluso también podríamos sacar beneficio) es un lugar donde podemos encontrarnos con nuestro ser más íntimo. La atmósfera que generan los libros son estímulo para despertar en cada uno de nosotros las ganas de Conocimiento. Esta es una aspiración muy digna del ser Humano. Las librerías son reductos de la memoria colectiva. Por esto fueron desde siempre tan peligrosas y perseguidas. Actualmente se alimentan y son receptáculo de eventos culturales, encuentros entre los más diversos intereses culturales, talleres para el aprendizaje, etc y poder tomarse un café tranquilamente entre libros.
NOSSOMOS: ¿Hacia dónde crees que caminan las preferencias y las demandas culturales en nuestra sociedad actual? ¿Qué publicaciones se buscan más?
DOLORES PUERTA: Lo que se edita es reflejo de la sociedad en la que vivimos. Las grandes editoriales buscan editar los libros más comerciales. Por ello surgen cada vez más editoriales independientes, pequeñas, que editan aquello en lo que creen. Y así como es nuestra sociedad, así es el mundo editorial, de los grandes y de los pequeños.
NOSSOMOS: ¿Has podido disfrutar la sensación de sentirte colaboradora de algún trabajo de investigación o de ficción de alguna de las personas que vienen a la librería? ¿Podrías contarnos alguna anécdota positiva?
DOLORES PUERTA: Es una experiencia muy gratificante ser partícipe de animar a escribir, ser lectora de lo que todavía es un borrador y ver un día publicado lo escrito, en papel con ISBN. Me alegra el alma.
También recuerdo a una niña de nueve años que nos pidió pasar tardes en la librería, porque quería ser librera. Y llegaba con cuaderno, boli y tomaba notas… Y preguntaba y le enseñábamos, subía y bajaba por las estanterías. Lo más penoso es que temía que si se lo contaba a sus amigas podrían reírse de ella. Lo que sentía era algo muy raro, nos decía, tenía que esconderlo. ¡Ojalá encuentre adultos y compañeros de camino que le ayuden a cumplir su deseo!
NOSSOMOS: Ora sí, ora también, nos llegan frases sobre las ventajas de la Inteligencia Artificial e incluso ya la publicidad de ciertos famosos procesadores de texto utiliza como reclamo lo fácil que va a ser todo a partir de ahora que… Nosotros como amantes de la música conocemos las diferencias entre una caja de ritmos y una batería, por ejemplo. Pero nos gustaría conocer tu opinión sobre el uso de estas nuevas herramientas, para qué nos pueden ser útiles y para qué no, y las perspectivas de futuro que se presentan ante nosotros.
DOLORES PUERTA: Son herramientas que van a ser difíciles de manejar, porque es fácil que nos manejen a nosotros y así vayamos perdiendo terreno de dominio sobre ellas. Implantar en lo humano la tecnología con un uso beneficioso para la humanidad siempre es bueno. El abuso, el desconocimiento, la pérdida del miedo ante ellas, relativizar sus peligros nos pueden llevar a ir perdiéndonos en el abismo del vacío existencial. El libro está inmerso en esta tendencia. En el equilibrio está la clave. Si se utiliza para aliviar limitaciones y facilitar la escritura y la lectura bienvenida sea.
NOSSOMOS: ¿Podrías decirnos cuáles son, en tu opinión, aquellas cosas de las que más necesitados estamos a nivel cultural en el momento actual?
DOLORES PUERTA: Necesitamos redes de encuentro, de conexión real, de diálogo para crecer en la diversidad. Porque cada uno formamos una parte del todo y nos necesitamos como el pan y el agua. Es urgente poner al servicio los dones que cada uno tiene, con generosidad.
NOSSOMOS: A lo largo de tu labor, cuéntanos un error, tan sólo uno, que, tras su comprensión, te haya permitido avanzar.
DOLORES PUERTA: Cuando abrí la librería pensaba que lo tenía que saber todo, abarcar todos los temas… Cuando me di cuenta que podía decir no lo sé pero puedo preguntar, me liberó del deseo de ser Dios.
NOSSOMOS: ¿Eres optimista o pesimista sobre el futuro de la cultura en España y, en concreto en nuestro municipio? ¿Por qué?
DOLORES PUERTA: Sin cultura nos morimos. El futuro está en que sigamos haciendo música, escribiendo, pintando, actuando, cantando… Este es el reto que como personas tenemos, cada uno es responsable de aportar su saber y llevar adelante su creación.
NOSSOMOS: ¿Podrías recomendar a las personas que nos leen tres lecturas y explicar las razones para esa elección?
DOLORES PUERTA: El hombre en busca de sentido; Viktor Frankl. Da la clave del por qué vivir es un arte. Explica desde la propia experiencia del autor cómo ante las dificultades unas personas son fuertes y las afrontan, otras se hunden psicológicamente y enferman.
La muerte: un amanecer; Elisabeth Kubler Ross. Para afrontar la vida es imprecindible afrontar la muerte. Vivimos en una sociedad que huye de ella. La autora nos da la visión de que la muerte es un paso que forma parte de nuestra vida.
Mujeres que corren con los lobos; Clarissa Pinkola Estés. En este libro vemos el valor de los mitos interculturales, los cuentos de hadas y tantas historias que ayudan a despertar el espíritu y cómo son la medicina del alma desde tiempos inmemoriales. Es una obra profundamente espiritual.
NOSSOMOS: Como solemos hacer, la última pregunta la dejamos en blanco para que la persona entrevistada pueda expresarse en total libertad sobre aquellas cosas que considere importantes o necesario decir.
DOLORES PUERTA: Muchas gracias a los que fomentáis este tipo de reflexiones. Para mí es siempre un regalo y me anima a encontrarnos y a dialogar sobre las cosas de la vida, que son las cosas que nos importan. Un placer compartido es doblemente un placer y va creando lazos que nos hacen ser mejores personas.
Es nuestra responsabilidad cuidar de las librerías y sentir que son nuestro patrimonio.
Tenemos un reto como sociedad y es seguir avanzando en el Conocimiento, ponerlo en papel para poder ser transmitido como un Legado.
Estamos seguros que aquellas personas que han leído este artículo han disfrutado con él tanto como nosotros disfrutamos al plantearlo y diseñarlo; tanto como aquellas otras que aceptaron nuestras preguntas disfrutaron contestándolas. Porque, de hecho, hay tanto, y tanto más no dicho, que decir. Siempre ha sido esta sección de la revista un tiempo para acercarnos a aquellas cosas que no estaban en nuestros libros, que no estaban en nuestra mente porque simplemente nos son ajenas. Y nos son ajenas porque, ya sea que se nos oculten de manera deliberada o simplemente se hundan bajo una montaña de otras cosas, no nos es posible acceder a ellas. Y nos son esas cosas tan ajenas (sic) de tal forma que al rasgar mínimamente el velo que las oculta, en los albores de vislumbrarlas, nos comenzamos a percatar, someramente en un principio, de la importancia que tienen… para nosotros. Y esta es la que viene siendo la principal labor de esta sección precisamente: un espacio para la reflexión, un espacio para acercarnos, un poco más… a nosotros mismos.
Requieren estos tiempos de pregonada libertad de expresión de un gran valor para simplemente opinar, expresarse. Aparente paradoja que precisa para su resolución de la necesaria dosis de autocensura en la que las clases dominantes y sus representantes nos intentan enjaular o, mejor dicho, autoenjaular.
Muchas gracias, pues, a Ana Rivas, a Juan Rilo y a Dolores Puerta por el cariño y dedicación invertidos en la entrevista. Y muchas gracias en no menor grado por el valor derrochado en unas respuestas tan sinceras.